viernes, 24 de diciembre de 2010

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Le miré,y con toda la sangre fría que había en mí;le disparé.
No sangró,ni me enfadé,ni murió,sólo se desplomó en el suelo durante un rato y luego ví como su familia venía a mí gritándome,maldiciendo mi vida.Por lo visto estaba vivo aún,aunque grave.
Todos gritaban a mi alrededor,sin embargo,yo no oía nada.Sólo una persona hizo algo que me perturbó,un rostro familiar se me quedó mirando,clavando la culpa en mí y preguntándome con las pupilas el porqué más profundo que jamás había oído.Me helé.
Y ahora estoy ahí,en la congelación del alma y de la culpa dudosa y autodestructiva.
¿La víctima?....Le he visto correr entre los edificios blancos de mi recuerdo.
Empieza todo de nuevo;yo en una ciudad blanca y vírgen.Tengo que ponerme manos a la obra.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Suerte

Sin saber que cada noche me pregunto:

¿a dónde van a parar tus penas?

Vomitas flores,o despojos

Por los labios que un dia

fueron mis venas.

A escondidas del cerco de mis labores;

mi alma más triste y soñolienta.

Empecinada,bruta,enojada

Fantasma de sábanas que aún te cabecean.

Al otro lado,pasiones enteras

Salen a la lumbre aun dormidas, y en pijama

acaban de despertar de la receta:

ingredientes para un bizcocho apaga llamas.

Ahora vivo sin el miedo de que tu faz fruncida

le tape la luz a los helechos ,esporas de mi vida.

Raíces que mi pensamiento derrama.

Raíces que cierran las heridas.

Estaba suicidándome cuando,la mirada

caprichosa,ruleta viciosa de la ira

eligió por suerte abanicar la vida

con tiempo suficiente para saber que erraba.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Maldito Narciso


Estaba sentada tomándose un café.Respirando entre el humo de una desayuno cotidiano.
Miró hacia la puerta de la cocina,frente a ella,y vió pasar a uno de sus amantes.No le reconoció,pero
sabía que era uno de ellos,uno de los que siempre pasan por su puerta.Siempre con una camiseta blanca de tirantes grasienta,como si volviesen del curro.

Hacía años,quizás décadas,que vivía sola.Se volvió demasiado exigente,demasiado selectiva,demasiado extrema,demasiado todo,y ya,no le quedaba más que una taza de porcelana que se compró ella misma.

Cada mañana veía pasar a esos hombres que ni la miraban,pasaban de largo.Ella ya estaba acostumbrada a su presencia,sin embargo,aún no la entendía.

Cierto amanecer invernal,se puso ante la puerta a verles pasar.Y fue entonces,al clavar la mirada en uno de ellos, cuando comprendió que todos los fallos que había puesto en su vida,habían tomado forma y se habían personificado.

Se miró al espejo y ella también tenía esa camiseta blanca grasienta,llena de mugre de no asearse en días,ella...ella era el fallo,la herían cosas que estaban en sus adentros.

Gritó por dentro,una estaca ahogada en llamas le atravesó el corazón.

¿Se odiaba a ella misma?