domingo, 14 de noviembre de 2010

Para no envejecer


Creía que me importaba demasiado la opinión de otros,y sin embargo,he descubierto que no es así,es más,que lo que siento es pena.El odio no es lo contrario de amor,para nada,lo opuesto al amor sin duda es el desprecio.Me entristece tanto que no amen hasta el punto de hacerme enfadar como aquel padre que ve cómo su hijo se desvía del camino de la felicidad.
Me duele tanto que no sepan querer cada cosa,me duele tanto...
Y es que a veces soy tan feliz que hace daño saber que otros no lo son y ni quieren serlo.
Que me digan o me insulten no me importa,porque en verdad esas palabras sólo resuenan en sus mentes,yo soy impermeable y en mí no cala el agua de lluvia.El amar cegó mis ojos ante los vagos intentos de asegurar la existencia,el amar abrió mis ojos y mis días ante todas las demás cosas que pueblan este mundo.

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