sábado, 28 de diciembre de 2013

Cuando amo,sale Nadia,

Nadia estaba jugando con su camión de juguete sobre la tierra.

El horizonte era un amigo desconocido;estaba siempre ahí,pero nunca lo encontraba.
La tierra dorada se extendía kilómetros y a veces había pinceladas oscuras y verticales que animaban el desértico paisaje.

La sombra de la niña era la autopista del camión,ella...imaginaba que podía crear todas las direcciones posibles.Movía los brazos y ya tenía un camino más por donde conducir.

No había ruídos, tan sólo el cascarilleo de la arena que entraba entres las ruedas del juguete plasticoso.
La leve brisa acariciaba sus pestañas de ébano y hacía que se le humedecieran los ojos.Ésos ojos de esperanza.

Bombones de chocolate que brillaban de preguntas e ilusión.Casi podían leerse las ideas en sus pupilas.
Estallaban una detrás de otra pero no había nadie que estuviera allí para verlo.Como el árbol que se cae en el bosque y nadie oye.Ella sabía que la vida era un sinsentido,asi que se entretenía con escenarios que encontraba y se alimentaba con las recreaciones de cómo se habían formado.

Su infancia era una pregunta constante.Una duda infinita.

La niña miraba una y otra vez una piedrecita milimétrica sobre la que apoyaba su pequeño y oscuro pié:
"¿De dónde habrá salido?¿Puedo ponerle nombre?¿Cuánto habrá andado hasta llegar aquí?"

Tenía las preguntas de todos,pero la inquietud de nadie.La inquietud de Nadia.

[Nadia es la niña herida que sale a gritar cuando amo]

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